El 10 de septiembre de 1904, y bajo el seudónimo de Silas, Winsor McCay publicó en el New York Telegram la primera plancha de Malditas pesadillas indigestas. Dirigida a un público adulto, esta serie ofreció un reflejo de Estados Unidos en los primeros años del siglo XX. Si en Little Nemo in Slumberland, su obra más reconocida y el primer gran clásico de la historia del cómic, dibuja un mundo onírico imaginario, ahora incorpora en cada episodio la realidad de la vida: la política, las modas en el vestir, el alcoholismo, el mundo del circo, la inmigración, el auge del automovilismo, las logias secretas, el matrimonio, los avances tecnológicos, el béisbol, los perros…