(Mesnil-la-Horgne [Lorena], 1672 – París, 1757)
Se educó en el priorato benedictino de Breuil y en 1688 profesó como monje. Fue ordenado sacerdote en 1696 y enseñó Filosofía y Teología en la Abadía de Moyenmoutier, donde comenzó a recopilar material sobre la Biblia, labor que continuaría durante su estancia como subprior y profesor de Exégesis en Münster, Alsacia. Esta dedicación le convirtió en un auténtico coloso de la erudición bíblica, como demuestran los veintitrés volúmenes de su Comentario sobre el Antiguo y Nuevo Testamentos (París, 1707-1716). Sin embargo, no fueron estos esfuerzos intelectuales los que le proporcionaron fama universal, sino los dos tomos de su Tratado sobre las apariciones de espíritus, y sobre los vampiros, o los revinientes de Hungría, Moravia, etcétera, publicado en París en 1751. Esta obra, que atrajo la atención de fray Benito Feijoo y de Voltaire, influiría decisivamente en la popularización del mito del vampirismo. En reconocimiento a sus cualidades como hombre instruido y pío, Calmet fue elegido en 1715 prior de Lay-Saint-Christophe, en 1719 abad de St-Léopold en Nancy y de Senones en 1729. En dos ocasiones se le nombró superior general de su congregación y, aunque el Papa Benedicto XIII deseó ordenarle obispo, rechazó el cargo.
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