Autor

Arsenio Lope Huerta

(Alcalá de Henares, 1943-2021) Fue licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, en Ciencias Empresariales por el ICADE y diplomado en Ciencias Económicas y Comerciales por la Escuela Superior de París. Ejerció como diputado provincial de Madrid, alcalde de Alcalá de Henares, director general de Cooperación Cultural del Ministerio de Cultura, gobernador civil de León y delegado del Gobierno en Castilla y León y en Madrid. Fue director general de la Fundación de la Universidad de Alcalá y colaboró habitualmente en periódicos y semanarios con trabajos de interés cultural, patrimonial y social. Publicó, entre otros libros, Leyendas y refranes complutenses, Introducción al Catastro del Marqués de la Ensenada, Los Cervantes de Alcalá, El último hijo de Juana la Loca, La Sociedad de Condueños 1850-2000. Del desencanto a la esperanza, Río Henares abajo y Otras historias de Alcalá. Participó en diversos congresos como ponente y moderador y pronició multitud de conferencias sobre aspectos históricos y culturales. Estrenó una versión teatral sobre la novela de Miguel de Cervantes El coloquio de los perros y colaboró con la Enciclopedia Cervantina del Centro de Estudios Cervantinos.

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    La biografía de Fray Francisco Ximénez de Cisneros es un alarde de contradicciones. Humilde y austero franciscano, llegó a ser el hombre más poderoso de España y vistió el color púrpura de los cardenales vaticanos. Ajeno a la Corte y su boato, fue confesor de la Reina Isabel hasta la muerte de la soberana católica y asumió en dos ocasiones la Regencia de Castilla. Pacífico y racional, capitaneó el ejército que conquistó Orán.

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    El Infante Fernando, último hijo varón de Juana la Loca, creció sin los cuidados de su madre, trastornada por la inesperada muerte de su esposo, Felipe el Hermoso. Nieto de los Reyes Católicos y de Maximiliano I de Habsburgo, Fernando nació y se educó en España, algo que jamás olvidó.

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    Aunque el juego se remonta a las edades del hombre, en tiempos de Cerbantes —con «b», como él siempre firmó— la baraja incluso se inspiró en las andanzas de Don Quijote de la Mancha. Ricos y pobres, religiosos y pícaros, nobles y villanos, y hasta los mismos reyes, se jugaban la bolsa y hasta la vida en timbas donde todos acababan perdiendo, «unos por carta de más y otros por carta de menos».