(1876-1942)
Fue uno de los ilustradores rusos más influyentes del siglo XX. Diseñó el escenario para varios ballets rusos, inspirándose en el folclore eslavo y alcanzaó una gran popularidad en su país cuando en 1899 publicó sus innovadoras ilustraciones de los cuentos populares rusos. Después de la Revolución pasó un tiempo en El Cairo y Alejandría, y en 1925 se estableció en París. Obsesionado con su país, y tras decorar en 1936 la embajada soviética en París, regresó a su tierra, donde hasta 1941 pronunció conferencias en la Academia Soviética de las Artes. Bilibin murió durante el sitio de Leningrado
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